[TESTIMONIO] Generaciones tratadas solo como un número

por Khristian Briones

 Licenciado en Trabajo Social.

Uno de los factores  que hace que una persona pierda el rumbo de su vida, es la  mala imagen de sus referentes en la etapa de niñez y adolescencia, ya que en este tiempo las personas  absorben  las conductas de los más cercanos. La mayoría de los padres o tíos no tienen estudios, ya que  años atrás los estudios no eran prioridad. Ellos tampoco tuvieron buenos referentes. El alcohol y drogas son muy cercanos. La violencia era una forma de corregir, sin ejemplos, ya que la falta de educación es crónica. Es por  eso que no era importante estar ahí en los momentos de preguntas, de dudas, o de contención. Eso provoca no sentirse valorizado y no significa que no había amor de los adultos a los niños o adolescentes, solo  que no tenían las herramientas para entender que eso es muy importante para el desarrollo de un individuo.

El contexto  de la calle ayuda a perder el buen camino, donde la droga y la delincuencia esta a la vuelta de la esquina . Otros niños que viven lo mismo en su familia tratan de ser reconocidos con sus pares y es así que empiezan a caer en la subcultura de la delincuencia.

Luego, ya como delincuente, empiezas a caer preso en el SENAME y luego en la cárcel de adultos y aprendes normas, códigos, lenguaje, mentalidad de delincuencia, que te atrapa y sientes que esa es la forma de vivir y finalmente  las  persona se potencian y se convencen de esto. En toda esta experiencia no hay quien te mire a los ojos y te pregunte, ¿por qué cometiste el delito? ¿quien es tu familia? ¿y porque caíste en esto?

Cuando una persona lo detienen Carabineros o la PDI, te tratan como a un animal. La violencia física y psicológica  es constante. En el pasado torturaban con corriente incluso a mí me ocurrió con solo 15 años. Lego te entregan a gendarmería donde sigue la violencia física y psicológica, entrando a un lugar muy mal oliente y reducido donde el hacinamiento es terrible. En muchas ocasiones piezas que son para 4 personas, viven más de 15, donde las calores en la noche son sofocantes ya que gendarmería te encierra a las 22:00 hrs,  las piezas están llenas de chinches, luego pasas a hablar con tu defensor donde con suerte te pregunta tus datos personales, y algo del por qué te encuentras detenido. Estos abogados  están sobrepasados con tantos casos. Luego el juez solo te pregunta tu nombre y después no hablas mas, y ves como se disputan años de tu vida en la cárcel, sin poder explicar por qué llegué a esto.

Una vez condenado tienes que sobrevivir con la violencia entre reos, que son dominados por la cultura carcelaria. Además debes hacerte respetado con violencia para que no intenten quitarte tu pieza, camaro donde haces la visita conyugal o lugar de visita.

En los allanamientos, gendarmería rompe televisores o radios buscando celulares, si logras entrar material para trabajar, estos los rompen no importándoles el esfuerzo de las familias para comprarlos y entrarlos. Botan tu ropa a las aguas podridas que hay en las calles o galerías, si encuentran chicha no contento con mandarte  castigado botan el licor en tus ropas. El abuso de poder es muy alto, te humillan escupiéndote, golpeándote. Te obligan  hacer ejercicios hasta que una persona no se pueda sostener en pie. Además tenemos la falta de comida, de talleres, falta deporte , momentos para reflexionar para lograr el cambio, ni hablar de las condiciones para que  entre la visita.

Finalmente, cuando cumplimos la condena muchos siguen en lo mismo porque están dañados por la cultura carcelaria, y si uno quiere cambiar, es muy complicado si no tienes quien te apoye porque la sociedad no confía y los papeles de antecedentes te limitan para entrar a una empresa, cerrando las puertas al cambio, obligándote a caer en el delito, ya que esa opción esta a la mano, siguiendo el circulo  de la delincuencia.

Nosotros somos víctimas  de una cadena de carencias, falta de educación y desigualdad en todo ámbito. Droga y alcohol que se viene traspasando de generación en generación, de victimas pasamos a victimarios y luego a  víctimas de un sistema desigual que nos sigue tratando  solo como un número.

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