Les invitamos a leer el testimonio que recibimos de un interno de Colina I que retrata la situación que se vive en dicho recinto después del intento de motín el pasado 14 de mayo.
“Hasta antes del motín, efectivamente Colina I no reportaba una situación de cuidado respecto del Covid-19. Esto en gran medida por las precauciones y cuidados que los mismos presos asumieron (auto suspensión de visitas desde marzo, ingreso de elementos de aseo como jabones, cloro y otros, etc.). Desde el día del motín la situación cambió radicalmente. Producto de ese operativo (el motín no se justifica, pero las razones que lo incitaron no son solo responsabilidad de los presos) se relajaron por parte de gendarmería las medidas de cuidado. Ingresó mucho gendarme sin mascarillas, sin apego a los protocolos de distancia, abrazos y saludos entre personal de esa institución, etc. Además ese día se tuvo a los presos entre 6 y 8 horas continuas sentados con las ropas mojadas sobre la cancha que también estaba mojada. Fue en ese momento que el virus ingresó a esta unidad. A partir de ese momento comenzaron a registrarse funcionarios contagiados, sumando más de 40 a la fecha.
Prueba de ello es que la mayoría del personal que hoy custodia las torres son personal de otras unidades. En seguida se ha sumado que una gran cantidad de presos comenzaron a evidenciar síntomas (por lo menos más de la mitad de cada torre) con dolores musculares sobre todo espalda y pecho, perdida de olfato, gusto, dolores de cabeza, tos, etc. Solo algunos de los presos han concurrido a enfermería, y la mayoría son devueltos. Otro tanto no va, porque en la práctica pueden ser derivados a aislamiento en celdas que bien parecen de castigo. Es decir, se les dejará en lugares con peores condiciones que las que tienen en sus celdas habituales. Además, los espacios que la jefatura destino para aislamiento se encuentran prácticamente llenos. El Pabellón D, en zona de enfermería está con cerca de 24 personas con síntomas. Otro tanto hay en torre 2b donde se ha dejado en cuarentena también a presos que provienen de otras unidades. Torre 2a se concentró a las personas mayores con enfermedades de base. De ese lugar salió la persona contagiada que falleció. De la Torre 4b sacaron a 12 presos que presentaron síntomas varios que pidieron ir a otro lugar fuera de la torre, al parecer los acomodaron en una sala del colegio.
El resto de las torres, como ya se dijo, tiene un alto porcentaje de personas con síntomas, que están cuidándose entre ellos. Prácticamente no se entregan medicamentos, y para ello se debe concurrir a una enfermería que ya se encuentra algo colapsada. Se señaló que se pediría una nueva partida de paracetamol. Hasta ahora no hay novedad. Se autorizó el ingreso de mallas de limones, naranjas, kilos de miel. Todo a solventar los mismos presos, ante la evidente situación de el aumento de enfermos y la escasa atención médica que la unidad presta. De hecho están faltando medicamentos para los diabéticos, hipertensos y otros crónicos.
No se puede obviar la situación de las más de 120 personas que fueron trasladadas el mismo día del motín, y que fueron llevadas en situaciones precarias de vestimenta y salud. Ello provocó que muchos de los que llegaron a las distintas unidades del país lo hicieran en condición de enfermos. Muestra de ello es lo sucedido con los que arribaron a la cárcel de Valdivia que dieron positivo para Covid-19. No se tomó ningún resguardo con ellos y peor aún se puso en riesgo incluso la salud de todas las unidades penales a las que se les llevó.
Es evidente que las cifras de contagiados entregadas por Colina I no se ajustan a la realidad. Primero por la cantidad de aislados que se señala que en realidad es muy superior. Los tres contagiados que se indican (un muerto, un hospitalizado y un aislado) han sido confirmados como positivos porque en su gravedad fueron sacados a centros de salud externos. Los contagiados no aumentarán porque NO se hacen exámenes PCR aquí. Y sin examen no hay confirmados. Y no se harán según indica el jefe de unidad porque no hay PCR para las cárceles. Entonces cómo pretenden tener un diagnóstico real sobre una situación que no es fiscalizada, que no hace exámenes PCR, que tiene a más de la mitad de la población penal con varios síntomas, pero sin entrega de medicamentos. Si no hay exámenes, las cifras no subirán, pero eso no da cuenta de la realidad.
Hay una intencionalidad para ocultar el estado real de la pandemia en las cárceles, sobre todo luego del nefasto escenario de Puente Alto y la Penitenciaría? O se trata más bien del actuar negligente de un jefe de unidad que pretende figurar con buenas cifras y así ocultar la responsabilidad que le cabe luego del motín? Responsabilidad no sólo hacia la contaminación de los presos, sino también de los funcionarios que hoy se hallan contagiados.
“